El presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero ha recibido en el Palacio Provincial a una delegación de Hermandad de Pandorgos, encabeza por su presidente Agustín Cantero y el candidato 2022, Carlos Lillo. Caballero les ha obsequiado con una bacía conmemorativa de la inminente fiesta de la Pandorga. Por su parte, la Dulcinea 2022, María del Hierro, ha recibido un ejemplar del emblema que caracteriza la actividad “Los Sabores del Quijote”.
Compromiso con las tradiciones
El presidente de la institución provincial ha agradecido a los pandorgos su firme compromiso con las tradiciones y también la defensa que hacen de la esencia manchega, “de los orígenes y de la idiosincrasia del hombre manchego, en la capital de la provincia y en todos los pueblos de la provincia. Sobre todo, porque la proyección de la pandorga excede, en mucho, a Ciudad Real y a las fronteras provinciales.”
El presidente de la Diputación también ha recibido a la Dulcinea 2022, María del Hierro
José Manuel Caballero ha señalado que es cuestión de tiempo y “expediente administrativo” que la Pandorga sea declarada de Interés Turístico Nacional.
Agustín Cantero ha agradecido, por su parte, el cariño y la atención que vienen recibiendo de la Diputación con Caballero al frente. La institución provincial ha colaborado con la Hermandad de Pandorgos a través de la Imprenta Provincial en la edición de la revista de la Pandorga 2022 y de los carteles anunciadores.
Dos años de restricciones
Cantero ha indicado que espera que este 2022 La Pandorga se desarrolle con normalidad y que los participantes puedan disfrutar de la fiesta tras dos años con restricciones debido a la incidencia del coronavirus, ya que en 2020 sólo pudieron celebrar la ofrenda a la Virgen del Prado y en 2021 tampoco se pudieron desarrollar todos los actos que tradicionalmente se llevan a cabo.
El presidente de la hermandad ha concluido recordando que Carlos Lillo, quien le ha colocado el tradicional pañuelo de «yervas» a Caballero, será proclamado en la tarde del próximo 31 de julio, antes de la tradicional ofrenda de flores y productos de la tierra a la patrona de Ciudad Real, la Virgen del Prado.
