jueves, abril 25, 2024
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    Altolandon rinde homenaje a Cuenca con su vino de bobal y syrah “Cuéncame”

    Rosalía Molina y Manuel Garrote siguen haciendo de Altolandon una bodega especial dentro del panorama vitivinícola de Castila-La Mancha. Especial por su altura, a más de 1.100 metros sobre el nivel del mar, especial por algunos de sus productos, como “Dulce Enero” unos de los pocos vinos de hielo reales de España, procedente de uvas congeladas a -7º en el mes de enero y especial, en definitiva, por el talante y el buen hacer de una pareja que basa su filosofía productiva en la factura de vinos de calidad y ecológicos con un respeto máximo al medio ambiente.

    Su última aportación enológica ha sido un vino que sirve de homenaje a Cuenca, la provincia donde se ubica la bodega, concretamente Landete, en un punto intermedio entre las provincias de Valencia, Cuenca y Teruel. Se trata del “Cuéncame”, un vino de bobal y syrah, fresco, untuoso y fácil de beber y maridar que ha permanecido en tinaja y barrica de roble francés usada. Este vino surgió con la idea de compartir el paisaje y la historia que lo rodea con quien lo consume, de ahí que en su etiqueta muestre lugares emblemáticos de la ciudad de las Casas Colgadas, del paisaje provincial y de la propia bodega y finca circundante.

    Flanqueada de montañas

    La finca que rodea la bodega, que a su vez está flanqueada por picos montañosos del Sistema Ibérico, cuenta con 200 hectáreas de acogen variadades autóctonas como bobal, garnacha, tempranillo y moscatel de viñas que oscilan entre los 40 y 100 años con otras castas foráneas como la malbec, cabernet-sauvignon, la cabernet-franc y chardonnay. Rosalía y Manuel son conscientes de que un gran vino se lo debe todo a la viña de la que procede, por eso cuidan al máximo todas las labores culturales que se desarrollan en el campo, que comienzan en el momento de la plantación con la elección de variedades, pies y clones más adecuados a su clima y a su suelo.

    Rosalía Molina junto a las mini tinajas donde elabora algunos de sus vinos

    En Altolandon son muy conscientes de que un gran vino se lo debe todo a la viña de la que procede

    La enóloga conquense aduce que las tierras altas reúnen las condiciones ideales para una producción de gran calidad, confiriéndoles a los vinos unas características únicas y especiales que derivan de la altura y el terruño. Gracias a esa altura, en Altolandon disfrutan una mayor insolación y amplitud térmica. También la altura proporciona más taninos y un efecto refrescante que incrementa los índices de acidez.

    Los vinos procedentes de estas uvas ofrecen gran variedad de color, amplitud y profundidad de aromas y gran complejidad en boca, siendo muy aptos para su crianza en barricas por su mayor acidez y proporción de taninos. Según apunta Rosalía Molina todas estas cualidades redundan en la consecución de vinos con personalidad propia muy acentuada. En este sentido afirma “las uvas tienen que expresarse en el vino y mostrar las características del lugar donde provienen, sin maquillajes ni aditivos”.

    Elaboración en depósitos

    La elaboración se lleva a cabo en depósitos de 6.000 litros para extraer al máximo las mejores cualidades de las uvas: color y aromas, entre otros. Se mantienen en contacto las pieles con el mosto entre dos y tres semanas controlando la temperatura durante ese periodo.

    Cuéncame, el nuevo vino con el que los responsables de la bodega Altolandon homenajean la provincia de Cuenca

    La fermentación alcohólica se realiza de manera espontánea, sin utilizar levaduras para que la autóctona se desarrolle y exprese al máximo su potencial en los vinos. La temperatura de la fermentación alcanza los 25º en su punto más alto.

    Una vez terminada la fermentación, el vino pasa a las barricas de roble francés de 225 y 300 litros, donde realiza la fermentación maloláctica. Allí permanece entre 8 y 24 meses. Una vez decidido el coupage, el vino se deja en depósitos durante los meses más fríos del invierno, llegando a alcanzar 15º bajo cero, consiguiendo así que la estabilización se realice también de forma natural. Finalmente se embotella y se deja reposar un mínimo de 8 meses.

    Actualmente la bodega conquense comercializa los vinos Altolandon Red (syrah, garnacha y cabernet-franc, con 25 meses de barrica de roble francés), Altolandon By Rosalía (vino de tinaja de garnacha cien por cien centenaria), Rayuelo (bobal cien por cien con 8 meses de barrica de roble francés), L´Ame (cien por cien malbec), Irrepetible (syrah-malbec), CF de Altolandon (cien por cien cabernet-franc), Mil Historias (cinco vinos distintos de bobal, malbec, tempranillo, syrah y garnacha), Cuéncame (vino de tinaja de bobal y syrah) Doña Leo (cien por cien de moscatel de grano menudo seco), Altolandon White, Dulce Enero de Altolandon (vino de hielo) y Mil Historias (Orange wine).

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