Director técnico del grupo Félix Solís Avantis con bodegas en seis denominaciones de Origen de España
María Dolores Cabezudo y, sobre todo, Ana Briones, fueron dos personas fundamentales en la decisión que marcaría la vida profesional de Carlos Villarraso Zafra (Mataró, 1976), actual enólogo jefe del grupo bodeguero Félix Solís Avantis. Ellas, junto a otros profesores y profesoras del Grado de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Castilla-La Mancha, donde se impartía la asignatura de Enología, fueron decisivas en la orientación profesional de un joven Carlos Villarraso, que hasta entonces no había tenido relación alguna con el sector vitivinícola.
Recaló en Ciudad Real
Su madre era funcionaria del Estado y su padre, ejecutivo de Telefónica. Por avatares del trabajo paterno, Carlos nació en Cataluña y fue viviendo en distintas ciudades española hasta que finalmente recaló en Ciudad Real, donde estudió y se graduó en Ciencias Químicas y en Tecnología de los Alimentos. Corrían los primeros años del siglo XXI cuando, por recomendación de sus profesoras se animó a hacer el Master de Enología y Viticultura en la Universidad Politécnica de Madrid, experiencia que ahora, con añoranza, califica de “inolvidable”. También, en aquellos años comenzó a hacer sus primeras prácticas en la Cooperativa Jesús del Perdón de Manzanares.
Pasión por la enología
Ya por entonces afloraban en él unas grandes inquietudes que terminarían convirtiéndose en pasión por la enología: la cata, el viñedo, el análisis físico-químico, entre otras. En diciembre de 2001 terminó el máster en Enología y ávido de ejercer lo que había aprendido no dudó en cruzar el charco con lo puesto para iniciarse en las vendimias del Cono Sur americano. Contactó con la Universidad Católica de Chile donde le informaron de posibilidades de trabajo en una bodega del valle del Maipo. Allí que se fue, sin contrato, ni seguro médico, ni billete de vuelta. Trabajó en el campo y en la bodega teniendo sus primeros escarceos con los procesos de elaboración: prensados, batonages, mesas de selección, etc. Además de Chile, Carlos Villarraso, estuvo en la vecina Argentina donde la empresa chilena donde trabajaba también tenía bodega.
Carlos Villarraso trabajó en bodegas de Chile y Argentina al inicio de su carrera profesional
Después de su experiencia americana, regresó a España para trasladarse a la DO Rueda durante dos vendimias como jefe de bodega en Castelo de Medina, donde trabajó fundamentalmente con verdejos de corte tradicional muy bien elaborados y con sauvignon blanc. Después entró en el grupo de Jorge Ordóñez, trabajando en bodegas de La Seca (Valladolid) y la Axarquía malagueña. En el sur de España se familiarizó con los vinos dulces y otros vinos de cosecha tardía. Adquirió maestría en este tipo de elaboraciones al colaborar al mismo tiempo con el enólogo austriaco, ya fallecido, Alois Kracher, creador de grandes vinos dulces.
Mucha experiencia
Tras acumular mucha experiencia recaló finalmente en Félix Solís Avantis, donde comenzó, en 2010, como jefe de bodega en Valdepeñas, sede central de la empresa y la planta con más volumen de producción de todo el grupo, con bodegas también en La Mancha, Toro, Rueda, Rioja y Ribera del Duero. Se mantuvo en esa responsabilidad hasta que se jubiló su antecesor en el cargo, Antolín González, en 2019. Desde ese momento, Carlos Villarraso se convirtió en el director técnico del grupo Félix Solís Avantis.
Ahora, en una de las mayores bodegas de España, con unas ventas aproximadas de 300 millones de botellas al año, Carlos Villarraso se consolida en un cargo que afronta teniendo muy claro que trabajar en una empresa de estas dimensiones no tiene nada que ver que hacerlo en otro tipo de empresas vitivinícolas.
Vino homogéneo
Afirma que desde que llegó al cargo no se han producido grandes cambios en la forma de dirigir la producción. “En un grupo como este –afirma- no puede haber diferencias notables. Nuestro vino debe ser bastante homogéneo. Es importante dar continuidad, pero también hacer caso a lo que te demandan los mercados, hay que ir adaptándose a los gustos de los consumidores y países”.
Afirma que en estos grandes grupos el enólogo “no puede hacer ciertas cosas” como si lo hacen en otras bodegas más pequeñas que se dedican a hacer vinos de terruño, a elaborar por separado pequeñas parcelas. En Félix Solís Avantis la actividad del enólogo está muy ligada a lo que le trasladan desde el departamento de marketing, “hay que atender las solicitudes a nivel comercial para conseguir llegar a ciertos nichos de mercado. Este es un trabajo que necesita mucha investigación con el fin último de seguir creciendo”. “Nuestro objetivo principal -continúa- es hacer vinos de la mejor calidad a buen precio y muy competitivos. Eso y contribuir al sostenimiento económico de las zonas donde están nuestras bodegas, incluyendo a miles de viticultores”.
Nueva bodega en Chile
La puesta en marcha de un almacén de barricas totalmente automatizado, que simula las condiciones de una cueva en temperatura, humedad y oscuridad, con una capacidad de 120.000 unidades en Valdepeñas y la próxima apertura de una nueva bodega en Chile, Casa Solís, que probablemente elaborará su primera cosecha en 2024 son de los proyectos más ilusionantes que tiene por delante Carlos Villarraso.
La cata de Carlos Villarraso Zafra
El enólogo de Bodegas Félix Solís Avantis nos presenta cuatro de los vinos que se elaboran en el grupo bodeguero bajo su dirección técnica.
CASA ALBALI Verdejo Sauvignon Blanc
Indicación geográfica: DO Valdepeñas. Alcohol: 12,5 % vol. Variedades: verdejo y sauvignon blanc. Tipología: vino tranquilo. Recomendación de servicio: servir entre 7-9º C. Comentario Casa Albali Verdejo Sauvignon Blanc es un vino elaborado con uvas seleccionadas en las mejores parcelas de los viñedos propios de la familia Solís en Valdepeñas. Nota de cata: color amarillo brillante con reflejos verdosos. En nariz presenta aromas potentes a frutas exóticas y hierbas, con matices de cítricos. De cuerpo suave y equilibrado en boca recuerda las frutas como piña, pera, manzana, y un final elegante y agradable.
ANALIVIA Verdejo Selección
Indicación geográfica: DO Rueda. Alcohol: 13 % vol. Variedades: verdejo. Tipología: vino tranquilo. Recomendación de servicio: servir entre 8-10º C. Comentario En España, la variedad de uva verdejo es un sinónimo de un delicioso vino blanco ligero y afrutado. Nota de cata: amarillo pálido con sutiles tonos dorados. Presenta un elegante perfume de cítricos y frutas tropicales como mandarinas, piña y pomelos junto con flores blancas y toques herbáceos. En boca, los sabores reflejan fielmente los aromas, con una acidez equilibrada y un postgusto fresco y duradero.
CONDADO DE ORIZA Roble
Indicación geográfica: DO Ribera del Duero. Alcohol: 13,5 % vol. Variedades: tempranillo. Tipología: vino tranquilo. Recomendación de servicio: servir entre 16-17º C. Comentario Condado de Oriza Roble está elaborado a partir de la variedad tinta del país (tempranillo). Las uvas son cuidadosamente seleccionadas de viñedos situados en los suelos arcillosos y arenosos de los alrededores de Olmedillo de Roa (Burgos). Nota de cata: potente color carmín brillante con reflejos púrpuras. Aromas a fruta madura como cerezas, ciruelas, especias dulces, regaliz y granos de café tostados. En boca es fresco y sabroso con taninos y acidez bien integrados. Un final afrutado muy agradable con notas especiadas.
MUCHO MÁS Black Edition
Alcohol: 14 % vol. Variedades: tempranillo y syrah. Tipología: vino tranquilo. Recomendación de servicio: servir entre 15-18º C. Comentario La nueva tendencia en el mundo vinícola son los ‘blend’, vinos elaborados con uvas de diferentes cepas, ya sea por su regionalidad o por su variedad. Esto les caracteriza como vinos únicos con identidad propia, en los que se representa el arte de hacer vino. Nota de cata: color rojo picota, con capa media-alta y ribete compacto. Aromático, elegante con buena intensidad. Recuerdos de fruta negra madura, monte bajo, balsámicos. Fondo con toques de nobles cueros y vainilla. En boca resulta complejo, amplio, vivo y resaltan las notas afrutadas, minerales, sobre finas sensaciones de cacao. Final persistente y elegante.