Forma parte de una de las familias de enólogos más conocidas de Castilla-La Mancha. Cuatro hermanos, hijos y sobrinos integran la saga de los Calleja, que desde su Villamayor de Santiago (Cuenca) natal se han ido extendido por todos los confines de España desde la década de los setenta del pasado siglo. Juan Antonio Calleja Martínez (Villamayor de Santiago, 1959) es el tercero de los cuatro hermanos enólogos que ha dado la familia.
Hermanos enólogos
El mayor, Ángel, ya jubilado, trabajó toda su vida en la bodega Cuatro Rayas, de la que actualmente es vocal de su Junta Directiva. Eulogio, el tercero, asesora a varias bodegas de distintos puntos de España además de tener un negocio que comercializa sus propias marcas. El más joven, Luis Miguel, es el director técnico de Bodegas Coviñas en Requena.
Además, su hijo, Alberto Calleja ha montado su propia empresa de asesoramiento de bodegas y está a punto de lanzar al mercado su propia marca de vino, mientras que su sobrino, Luis Miguel, es el enólogo de Bodegas La Estación de Santa Cruz de la Zarza en Toledo. No hay que olvidar a sus también sobrinos Pablo, comercial de productos enológicos de Enartis y Laura, que trabaja en el departamento de exportación de Cuatro Rayas.
Pertenece a una de las familias de enólogos más conocidas de España
Con este bagaje familiar no es de extrañar que Juan Antonio se decantara por la enología. De familia con tradición vitivinícola, su abuelo tenía una pequeña bodega elaboradora, nuestro enólogo decidió con la connivencia paterna hacer Formación Profesional en la Escuela de la Vid y el Vino de Madrid.
Allí estuvo cuatro años hasta que se matriculó en 1977 en la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola, que tuvo que dejar en primero al encontrar trabajo en la bodega Agrícola Castellana, lo que hoy es Cuatro Rayas, en La Seca (Valladolid). Fue a sustituir a su hermano Ángel mientras hacía el servicio militar. Después le tocó a él. Terminó en La Seca en 1981.
Llegada a Corral de Almaguer
Después de un breve periodo de tiempo en la Unión Nacional de Cooperativas pasaría a trabajar el 1 de abril de 1982 en Nuestra Señora de la Paz Sociedad Cooperativa, hoy Bodegas Altovela en Corral de Almaguer. Desde entonces permanece en esta cooperativa, la mayor de la provincia de Toledo con más de 700 socios que 11.000 hectáreas de viñedo y con una producción anual de 65 millones de kilos de uva.
Durante sus primeros años simultaneó su labor en La Paz con el asesoramiento de diferentes cooperativas y bodegas de la zona, entre ellas San Antonio de Padua, La Vid y La Espiga, Nuestra Señora de la Muela, Bodegas Barreda, Pinauga, Rito Gallego y Gallego-Laporte. También en esos años obtuvo el título de Máster en Enología, Viticultura y Comercialización a través de la DO La Mancha.
Multifunciones
Desde 2006 ejerce exclusivamente la dirección técnica de Bodegas Altovela. Ayudado por otro enólogo, Alejandro Bravo y una ingeniera técnico agrícola, Irene García, Juan Antonio Calleja hace prácticamente de todo en su empresa, desde el control del viñedo hasta la selección de todos los embotellados pasando por la comercialización de los graneles. Sigue muy de cerca la maduración de las diferentes variedades de uva que aportan los socios de la cooperativa y diseña todos los protocolos de elaboración de los distintos tipos de vinos.
Cuando llegó, la cooperativa solo trabajaba con dos variedades. Más del 90% de la producción era blanca airén. El resto, cencibel o tempranillo. Se molturaban 11 millones de kilos de uva y no tenían apenas maquinaria, solo unas trituradoras centrífugas, bombas y desvinadores.
Mejoras tecnológicas
Todo eso comenzó a cambiar en la década de los noventa. Gracias a las subvenciones a las mejoras tecnológicas aportadas por el Gobierno regional y al esfuerzo de los socios se comenzaron a equipar adecuadamente cientos de cooperativas de Castilla-La Mancha, entre ellas Nuestra Señora de la Paz.
Se instalaron prensas, se cambiaron las trituradoras por moledoras de rodillo, se puso una despalilladora para los tintos, y, además, los agricultores comenzaron a introducir mejoras en el campo. La reestructuración del viñedo iniciado en aquellas épocas trajo la plantación de lo que entonces se llamaron variedades mejorantes.
Plantación de nuevas variedades
Así en los campos de Corral se comenzaron a ver cepas de sauvignon blanc, verdejo, macabeo y chardonnay en blancos y syrah, garnacha, garnacha tintorera, merlot y cabernet-sauvingon en tintos, entre otras. De aquellas fechas, recuerda con nostalgia “para mi eran los mejores del mundo” el arranque de muchas viñas de tempranillos de altísima calidad. Ahora intentan salvar el clon autóctono de Corral trabajando con Vitis Navarra.
Desde entonces, la actual Bodegas Altovela no ha dejado de invertir en tecnología y crecer. Ha pasado de los 11 millones del 82 a los casi 65 millones que elabora hoy día. Actualmente venden un millón y medio de botellas, aunque el granel, con un 90 por ciento de la facturación sigue siendo el capítulo más importante en las ventas.
Antonio Calleja apuesta por seguir incrementando el embotellado. En la bodega, que cuenta con infinidad de premios nacionales e internacionales, se elaboran todo tipo de vinos: espumosos, frizzantes, crianzas, reservas y vinos jóvenes. El año pasado, Bodegas Altovela introdujo una nueva línea con el Cumplido chardonnay fermentado en barrica y los ecológicos Cumplido sauvignon blanc-macabeo-airén y Cumplido tempranillo-merlot-syrah.
Cata de cuatro vinos de Bodegas Altovela. Por Juan Antonio Calleja
Altovela chardonnay
DO La Mancha. Alcohol: 13,5 % vol. Variedad: chardonnay.
Cosecha: primeros de septiembre. Azúcar: 2 gr/l. Recomendación de servicio: 7º C.
Vinificación: vendimia nocturna mecanizada. Despalillado y maceración con hollejos a 10ºC. Fermentación en acero inoxidable. Con temperatura controlada a 14º C. Filtrado y estabilizado por frío antes del embotellado.
Nota de cata: color amarillo pálido y limpio. Aroma intenso, complejidad aromática a frutas tropicales. Gusto equilibrado y persistente con amplio post-gusto en las fases retronasales.
Cumplido ecológico
Vino de la Tierra de Castilla. Alcohol: 12,5 % vol. Variedades: sauvignon blanc, macabeo y airén.
Cosecha: mediados de septiembre. Azúcar: 2 gr/l. Recomendación de servicio: entre 5-7º C.
Vinificación: una vez la uva alcanza su punto óptimo de maduración, se recolecta de noche de forma mecanizada. El mosto se limpia mediante decantación. Se realiza la fermentación usando levaduras seleccionadas y controlando la temperatura a 14º C. Se hace una estabilización proteica (clarificación con bentonita) y tartárica con frío estático. Nota de cata: color amarillo pálido y brillante. Aroma intenso que nos recuerda la manzana verde, plátano y piña. En boca es sabroso, con paso fresco y post-gusto largo y persistente.
Altovela tempranillo
DO La Mancha. Alcohol: 13,5 % vol. Variedad: tempranillo.
Cosecha: septiembre-octubre. Azúcar: 2 gr/l. Recomendación de servicio: 18º C.
Vinificación: vendimia manual seleccionada. Despalillado y posterior maceración del mosto con hollejos. Remontado automatizado diario para extraer color y aromas. Fermentación controlada a 25º-28ºC. en depósitos de acero inoxidable. Tras la fermentación maloláctica, filtrado, clarificado y estabilizado por frío antes del embotellado.
Nota de cata: profundo color granate con tonos rubíes, limpio y brillante. Aroma elegante, intenso y afrutado. Alto aroma a frutos rojos del bosque. Gusto sabroso, estructurado y equilibrado; persistente en boca. Taninos elegantes y suaves.
Campo Amable Crianza
DO La Mancha. Alcohol: 13,9 % vol. Variedad: tempranillo.
Cosecha: mediados de septiembre. Azúcar: 2 gr/l. Recomendación de servicio: 18º C.
Vinificación: vendimia manual seleccionada. Fermentación alcohólica en autovaciantes de acero inoxidable. Temperatura controlada y remontados automatizados. Fermentación maloláctica en depósitos de cemento revestidos de resina epoxi. 12 meses crianza en barrica de roble americano y francés, y más de 12 meses en botella.
Nota de cata: color rojo rubí con reflejos de cereza luminosos y atractivos. Aroma intenso, fino y afrutado. Presenta notas a vainilla, coco y especias muy bien ensambladas que recuerdan la madera donde ha tenido lugar su crianza. En boca es cálido, sabroso y armonioso.