Agrícola Carrascas celebra los últimos resultados cosechados por sus vinos en distintos salones y concursos nacionales e internacionales, logrando así los frutos del trabajo realizado en los viñedos y la bodega que se caracteriza por sacar lo mejor del entorno y transformarlo en la mejor calidad.
La prestigiosa Guía Peñín concedió la siguiente puntuación a cuatro de sus vinos: La torpe avutarda descansa 2018 (90 puntos); El tomillo y el viento bailan 2020 (91 puntos); Al cobijo de una gran sabina 2018 (91 puntos); Y solo cuando el río calla 2019 (90 puntos).
Guía Intervinos
Por su parte la Guía Intervinos 2023 ha premiado a La torpe avutarda descansa 2018 (90 puntos); El tomillo y el viento bailan 2020 (92 puntos); Al cobijo de una gran sabina 2017 (93 puntos); Y solo cuando el río calla 2018 (93 puntos).
Asimismo, en el reconocido Concurso Mundial de Bruselas 2022 ha conseguido la Medalla de Oro El tomillo y el viento bailan 2020 y Medalla de Plata Y solo cuando el río calla 2018.
Por último, en la International Awards Virtus la bodega situada en los Altos del Bonillo ha conseguido el Gran Oro por su vino Y solo cuando el río calla 2019 y dos Medallas de Oro por La torpe avutarda descansa 2018 y Al cobijo de una gran sabina 2018.
Campaña de marketing
Las marcas de los vinos de Agrícola Carrascas obedecen a una ingeniosa y atrevida campaña de marketing en la que cada uno de los seis vinos que elaboraba hasta el momento de ponerla en marcha es un verso y la bodega, un poema hecho de las historias que contemplan sus viñas. “El Tomillo y el viento bailan” (viognier) “Y solo cuando el río calla” (chardonnay 12 meses de barrica) “La torpe avutarda descansa” (tempranillo-syrah) “Al cobijo de una gran sabina” (merlot-cabernet-sauvignon) “Mientras cubre la luz tardía” (chardonnay 24 meses en barrica) “Una sombra de ciervo avanza) merlot cien por cien. De todos estos vinos se elaboran unas cuarenta mil botellas al año.
La línea de Reserva de Familia es la última incorporación a la gama de productos de la bodega albaceteña
Más reciente es la nueva línea de Reserva de Familia de Agrícola Carrascas. Está compuesta por un vino blanco chardonnay fermentado y criado sobre sus propias lías en barrica nueva de roble francés donde permanece durante 24 meses y de un tinto merlot 100% que ha evolucionado 24 meses en barrica de roble francés. Posteriormente los dos vinos reposan otros treinta y seis meses en botella hasta su salida al mercado. Ambos vinos tienen una edición limitada de 1.000 botellas cada uno.
Alta calidad
Según Rafael Veas, director gerente de la empresa albaceteña situada en los Altos de El Bonillo, los nuevos Reserva de Familia son “una línea de producto de alta calidad, constituida por vinos con una buena intensidad aromática y gran complejidad, conseguida a través de un cuidadoso proceso de elaboración y un largo periodo de crianza, dirigida a consumidores especializados en el mundo del vino, que aprecian vinos frescos, sabrosos, intensos, elegantes, complejos y equilibrados, con buena estructura y gran potencia de evolución”.
Ediciones limitadas
Esta nueva gama está formada por ediciones limitadas de vinos blancos y tintos elaborados con un criterio de máxima calidad, conseguida a través de la producción de uvas de alto valor cualitativo procedente de cepas de más de 30 años. Y aplicando técnicas de viticultura sostenida y sostenible con máximo respeto por el entorno natural y el medioambiente, con control y producción en el viñedo, con bajos rendimientos de entre 1 y 2 kilos por cepa.
De esta forma se obtiene una gran concentración y un óptimo estado sanitario de las uvas, con vendimia manual, seleccionando la fruta por variedades y parcelas en función de su óptimo estado de maduración. Además, el traslado a la bodega es inmediato. Se conserva en cámara frigorífica durante 24 horas.
Tratamiento suave
La uva tiene un tratamiento mecánico suave para preservar al máximo las cualidades del fruto utilizando unos protocolos de elaboración específicos para cada vino, en función del tipo de uva, características propias de la cosecha y tipo de vino a obtener.
Se utiliza la más moderna tecnología, con fermentación a temperatura controlada en barricas de roble francés de 225 litros, y con una crianza de más de 24 meses, seguido de un embotellado en las mejores condiciones para garantizar la integridad del vino y sus características organolépticas, para terminar el proceso con una crianza en botella en el silencio, la quietud y la oscuridad de la bodega durante más de 36 meses.