Pago “Los Cerrillos”, finca propiedad de la familia Montalvo Wilmot, se sitúa a los pies del Castillo de Peñarroya y a escasos kilómetros del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Las características climáticas y edafológicas tan especiales de este singular enclave en el Alto Guadiana marcan el carácter de sus vinos reconocido púbicamente con la concesión en 2019 de la Denominación de Origen Protegida Los Cerrillos.
La bodega original, de finales del siglo XIX, fue renovada y modernizada en los años 90, consiguiendo una perfecta comunión entre tradición y tecnología para una producción de no más de 400.000 botellas por añada. Las técnicas vitícolas y de elaboración empleadas evitan el prensado de las uvas, produciendo solo “vinos de lágrima”, una clara apuesta por la calidad más allá de los rendimientos. En la nave de crianza, con capacidad para unas 600 barricas, descansan y se afinan los vinos el tiempo necesario antes de su embotellado.
Cuarenta hectáreas de viñedo de las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, syrah y petit verdot plantadas hace más de treinta años a casi 700 metros de altitud sobre el nivel del mar, son el sustento de sus “Vinos de Pago”.
En este paraje de gran belleza, a orillas del río Guadiana, pastan libremente sus ovejas, protagonistas del queso que artesanalmente elaboran y maduran en la propia finca. Su leche recién ordeñada sin pasteurizar y el buen hacer de Gabriel Madrid, maestro quesero, son los únicos ingredientes en la elaboración de un queso de corteza natural afinado durante no menos de seis meses en cámaras de temperatura y humedad controlada.
La sala de ordeño está ubicada a unos cien metros de la quesería, a la que llega directamente la leche que se ordeña cada día mediante conducciones estancas y refrigeradas que garantizan la conservación de todas las cualidades aromáticas y de textura de sus quesos, así como unas condiciones sanitarias inmejorables.
Montalvo Wilmot “Finca los Cerrillos” es un queso de pasta firme, compacta y densa, de color amarillento y ojos pequeños y bien repartidos. Presenta un aroma limpio y muy elegante, con matices lácteos y de almendra tostada. En boca tiene una agradable sensación grasa y sabor intenso, con buena persistencia y retrogusto ligeramente picante.
Aprovechando la proximidad de las Navidades, la bodega ha lanzado al mercado uno de sus vinos más singulares y especiales hasta el momento, del que solo se han producido algo menos de 5.000 botellas. Se trata del Montalvo Wilmot Petit Verdot Selección 2017, definido en palabras de Nieves Lucendo, directora técnica y enóloga, como “probablemente, de nuestra gama, el vino que mejor refleja la esencia de nuestro terruño.”
Para la elaboración de este MW Petit Verdot Selección se eligieron los mejores racimos de la viña de cuatro hectáreas que de esta variedad tiene la bodega en Los Cerrillos, y fueron vendimiadas manualmente y transportada a bodega en cajas de 15 kilos. Después de un proceso de maceración prefermentativa en frío a temperatura rondando los 14ºC, la fermentación alcohólica se realizó de manera controlada y marcada por varios procesos de delestage en su fase inicial. El tiempo de encubado total alcanzó los 25 días, tras los cuales el vino se pasó directamente a barricas de roble francés nuevas, donde se produjo la fermentación maloláctica y permaneció durante 12 meses antes de su afinado en botella.
Nieves Lucendo lo describe como “un vino de color rojo picota intenso, de gran complejidad aromática, que revela fragancias a tierra, grafito, hierbas de monte y regaliz. En boca es potente y de gran amplitud con unos taninos bien maduros. Y un inmejorable compañero para disfrutar de nuestro queso.