Foto https://www.cepa21.com/
Pablo Díaz-Pintado
El pasado domingo 18 de febrero una persona camuflada con un uniforme blanco aislante accedió, poco después de las 03.30 de la madrugada, a las instalaciones de Cepa 21, situada en Castrillo de Duero (Valladolid), y vació en apenas unos segundos alrededor de 60.000 litros de tres depósitos de los mejores vinos de la bodega, provocando pérdidas con un valor de mercado de unos 2,5 millones de euros, según la estimación realizada por su propietario José Moro. La cuestión que, en estos momentos, sobrevuela el ambiente vitivinícola es inevitable: ¿quién o quiénes y por qué motivo han buscado dañar de este modo al artífice de unas de las bodegas más emblemáticas y reconocidas de Ribera del Duero?
Los daños causados por el vino derramado asciende a 2.5 millones de euros
“El asaltante conocía perfectamente el mecanismo para poder abrir los depósitos, algo que no es muy sencillo”, ha declarado el propio afectado a la agencia Efe. “Yo no hago más que darle vueltas a la cabeza”, se ha lamentado también en declaraciones al periodista Juanma Castaño, de la cadena Cope, “y, bueno, tenemos nuestras pequeñas pesquisas que, evidentemente, dependen de la investigación y, por eso, no podemos desvelar pero, en cualquier caso, el hecho es una pena (…) es la angustia… yo cada vez que veo esas imágenes, me da miedo, qué pena, qué pena que puedan suceder esas cosas”.
Los ocho segundos del vídeo
El vídeo captado por las cámaras de seguridad de la bodega muestra en el lapso de tan solo ocho segundos (los que discurren entre las 03:34:22 y las 03:34:30 de la madrugada del domingo 18 de febrero) a una persona de estatura media o media-baja, enfundada en una especie de buzo blanco de dos piezas que cubre su cabeza y rostro con capucha, además de guantes negros y zapatillas deportivas, desenvolverse por la escena del crimen con agilidad, ligereza y seguridad, y movimientos que, desde el punto de vista fisiológico, cabría calificar de femeninos (o afeminados). De hecho, el presidente de Cepa 21 se refirió a la persona asaltante, en el programa TardeAR de Ana Rosa Quintana, como a un «encapuchado o encapuchada» que se movía “con mucha fluidez” por las instalaciones de la bodega.
Fotograma del vídeo captado por las cámaras de seguridad de la bodega Cepa 21 en el momento del sabotaje perpetrado el pasado domingo día 18 de febrero de 2024 poco después de las 3:30 horas de la madrugada
De acuerdo a la parte del vídeo que se ha divulgado por internet y que se puede visionar en Dailymotion https://www.dailymotion.com/es (que no ofrece la totalidad de la acción), la persona que perpetra el sabotaje aparece en la escena del crimen a las 03:34:22 y tan solo dos segundos después ya ha conseguido abrir la llave de un depósito que empieza a verter vino, inmediatamente, de manera ininterrumpida. A continuación, para salvar el impacto del propio chorro del vino contra su cabeza, se protege con su antebrazo izquierdo y avanza corriendo, con pasos cortos para evitar resbalar, hacia el siguiente depósito, que abre con mayor dificultad que el anterior, sin conseguir verter líquido alguno, para, finalmente, salir del lugar corriendo con presteza y cuidado, cubriendo su rostro con el brazo derecho, exactamente cuando el reloj de la cámara marca las 03:34:30.
El vídeo dado a conocer por la bodega y divulgado en las redes sociales e internet por la agencia Efe y diversos medios de comunicación nacionales e internacionales ha corrido como la pólvora. Se trata de ocho segundos insólitos y de ritmo auténticamente cinematográfico, que parecen extraídos de una serie de ficción, y revelan un ánimo decidido por completo a provocar un gravísimo daño económico y un perjuicio vitivinícola irreparable.
El vino perdido
Cepa 21, la bodega creada por José Moro, elabora cuatro gamas diferentes de vino, con precios que, de acuerdo a la tienda digital de su página web, oscilan entre los 9,65 euros de Hito Rosado 2022 a los 89,60 euros de su vino estrella Horcajo 2018, pasando por los 12,50 euros de Hito Tinto 2022, los 20,50 euros de Cepa 21 2021 y los 34,60 euros de Malabrigo 2021.
El sabotaje, según ha revelado el bodeguero, ha afectado a cisternas que contenían vino de Cepa 21, así como de Malabrigo, del que se calcula una pérdida de un tercio de la añada, y de Horcajo, cuya añada de 2023 (con un total de 20.000 litros) ha desaparecido en su totalidad por los desagües. Se trataba del vino más caro y representativo de la bodega. “Es una pena”, confesaba apesadumbrado José Moro a Juanma Castaño, “es triste (…) son depósitos de los mejores vinos, un depósito de Horcajo, la añada 23 que no tendremos la suerte ya de poder probar, el depósito entero se ha vaciado, uno de Malabrigo 23, pero ahí por suerte todavía queda algún depósito, y el Cepa 21 también”.
Cobertura del seguro
José Moro ha cuantificado las pérdidas en unos 2,5 millones de euros, pero más allá del perjuicio económico, el asalto le ha provocado, asimismo, un tremendo golpe personal, moral y profesional. El seguro contratado cubre exclusivamente el valor del precio de la uva y el precio de la elaboración en ese momento pero en ningún caso la cotización de mercado después de la crianza y es evidente que nada puede ya hacerse tampoco para disfrutar del vino que ha desaparecido para siempre. “No es que sea un valor nimio, pero casi”, ha comentado el bodeguero refiriéndose a la indemnización del seguro, “ y no te aporta nada porque lo más importante y lo triste es que no puedes poner en el mercado una gran cosecha como la de 2023, llena de sutileza, de elegancia, de finura”. “Yo estaba muy ilusionado con ella”, concluye, “y no voy a tener la oportunidad de poner Horcajo en el mercado, aunque sea sólo para satisfacción personal…”.
José Moro, una historia de pasión
“Bodegas Cepa 21 es”, según fuentes de la empresa, “fruto del legado centenario que José Moro, su presidente, recibió por parte de su padre y de su abuelo, que desde hace más de un siglo han trabajado la tierra y han conseguido la clave del éxito: conocer a la perfección el entorno que nos rodea para potenciar lo mejor de sus suelos, de su clima y de la variedad tempranillo, la reina de la Ribera del Duero”.
José Moro ha dedicado su vida al vino en cuerpo y alma, con una filosofía que siempre ha buscado asentarse en la tradición combinando el saber hacer con una firme apuesta por la elaboración de un producto fiel “al gusto del consumidor actual”.
Investigación de la Guardia Civil
La Guardia Civil encargada de la investigación centra, inicialmente, sus sospechas, según el Diario de Valladolid, en alguien vinculado con la bodega, debido a la inexistencia de «forzamiento de los accesos» así como a un aparente conocimiento de la localización de las cámaras que le habría permitido ocultar el rostro. Por su parte, el propio afectado, José Moro, que no ha descartado que pudiera tratarse de una mujer, ha hecho hincapié en la “fluidez” con la que se desenvolvía en el escenario del crimen y ha señalado que la acción de sabotaje se dirigió, específicamente, a las cisternas que contenían el vino más valioso, lo que refuerza la teoría de que quien ha cometido el delito tenía conocimiento de cómo y dónde podía causar más daño.
Angustia, pena, tristeza, incredulidad e impotencia… sentimientos dolorosos que, tras el primer impacto, han dado paso a la necesidad de desenmascarar y detener a la persona o personas responsables de una acción que no perseguía el robo ni el enriquecimiento personal sino, supuestamente, infligir un daño irreparable a Cepa 21, uno de los grandes iconos de Ribera del Duero, el gran proyecto vitivinícola erigido con el sello de calidad de José Moro y la herencia del conocimiento, trabajo y esfuerzo legado por varias generaciones.
