Por Victoria Arenas
Por todos es sabido que la clave del éxito en cualquier campo es la formación de buenos profesionales. Para ello, es fundamental el papel de especialistas de la enseñanza que tengan una visión global de cuáles pueden ser las mejores vías para promover la formación de personas que quieren prosperar en el campo laboral y ofrecer unos servicios excelentes elevando así el valor de su trabajo aún más. En el sector del enoturismo también hay una gran demanda de profesionales cualificados y, al ser este tipo de turismo un potente dinamizador económico y social de los destinos y sus residentes, la investigación y la capacitación ostentan un papel esencial. Por ese motivo, la Organización Mundial de EnoTurismo (OMET) apuesta por la búsqueda de soluciones y de nuevos retos y, para ello, ha querido proponer al castellanomanchego Francisco Javier Sánchez-Verdejo Pérez para esta tarea.
Francisco Javier Sánchez-Verdejo Pérez es licenciado y doctor en Filosofía Inglesa y cuenta con una dilatada experiencia en docencia
El pasado 9 de julio, Sánchez-Verdejo fue propuesto para incorporarse a la Academy de la Organización Mundial del EnoTurismo (OMET), en calidad de director de Coordinación de papers y programas formativos, en colaboración con el equipo de Directores Nacionales de OMET Academy.
Sánchez-Verdejo, natural de Valdepeñas, es licenciado y doctor en Filología Inglesa y cuenta con una dilatada experiencia en docencia tanto en instituciones españolas, como en relaciones institucionales educativas a nivel europeo. Por ejemplo, es Parlamentario Mundial de la Educación, entre otros proyectos en los que forma parte activa. Además, es profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Además, colabora con otras universidades como la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).
Para ampliar la información sobre la OMET Academy, se puede destacar que tiene entre sus líneas estratégicas, tanto la concepción de un modelo de gobernanza para un enoturismo responsable, como el diseño, coordinación e implementación de acciones formativas, en colaboración con entidades educativas internacionales, que lleven a un Plan de Formación Integral en Enoturismo.
Mundo del vino
El mundo del vino, en general, y el sector enoturístico, en particular, son piezas claves y relevantes en todo el planeta sean cuales sean las coordenadas geográficas. Es cierto que unas zonas están más avanzadas que otras en cuanto a la organización de recursos y oferta al consumidor final, ese apasionado amante del vino que quiere descubrir nuevos paisajes, nuevos aromas y nuevas experiencias. Sin embargo, cada región tiene su propia personalidad y un gran potencial para desarrollar y mejorar lo que ya posee.
El enoturismo supone una estructura emergente que va consolidándose como factor económico y a nivel turístico tiene un valor estratégico como es el caso de España, pues es un referente mundial bajo la marca “Enoturismo de España”. En efecto, España es uno de los líderes indiscutibles, dado que ostenta el liderazgo al poseer la mayor superficie de viñedo cultivado del mundo, superando las 4.000 bodegas ubicadas en 130 regiones vinícolas oficiales, estando al frente de la producción mundial de vino, junto con Francia e Italia.
A ello se le suma su apuesta por el turismo gastronómico, natural y el de destinos histórico-artísticos, declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (datos tomados de https://enoturismodeespana.org/quienes-somos/).
Asimismo, el enoturismo representa una forma de turismo sostenible y beneficioso para aquellas zonas donde está asentado, donde la formación debe tener un papel primordial con el objeto de aportar a la sociedad todo el conocimiento posible y sus beneficios. Es un hecho que este sector representa un indiscutible motor de actividad empresarial, cultural y social, especialmente en zonas rurales y, en algunos casos, con tendencia a la despoblación.
Acciones formativas
A la vista de todo lo anterior, Sánchez-Verdejo está comprometido con la idea de que es imprescindible diseñar, coordinar y dinamizar las acciones formativas precisas. Destaca también que se debe avanzar en la elaboración de publicaciones e informes académicos sobre enoturismo, en colaboración con entidades a la par que con universidades nacionales e internacionales.
Del mismo modo, se precisa el fomento de un plan de formación bien estructurado e interconectado, con presencia en los más importantes foros internacionales, tanto en el sector público como privado, y en permanente contacto con autoridades de países líderes. Esta estrategia debe situar al sector en condiciones de mejorar su cooperación a la par que su competitividad. En definitiva, la formación proporcionará a nivel global y local los mejores profesionales que nos harán partícipes de experiencias placenteras y memorables.