viernes, julio 26, 2024
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    Adiós a dos pioneros de la enología castellano-manchega

    Mientras empezaba a escribir estas líneas a la memoria de mi padre, Adan Nieto Benito, fallecido el 20 de noviembre de 2021, me llegó la noticia del fallecimiento del también enólogo, Carlos Eslava Muruzábal. Ambos habían sido compañeros y amigos desde que en 1962 comenzaran sus estudios en la Escuela de la Vid de Madrid. Me he tomado por ello la licencia de dedicar unas breves líneas a la memoria de estos dos pioneros de la enología en Castilla la Mancha, quienes a finales de la década de los sesenta se pusieron al frente de las dos mayores cooperativas que había por aquel entonces en España.

    Carlos Eslava desarrolló toda su vida laboral en la Cooperativa Cristo de la Vega de Socuéllamos, donde trabajó ininterrumpidamente durante treinta años hasta su jubilación. Adán Nieto en la cooperativa La Daimeleña, desde 1966 hasta 1978, para posteriormente pasar el resto de su carrera profesional en Caserío Vigón (Ciudad Real), asesorando a la vez a otras cooperativas de la región.

    Adán Nieto Benito en el laboratorio de La Daimieleña donde trabajó de 1966 a 1978

    A esta generación de enólogos les tocó empezar la revolución enológica en Castilla La Mancha. En sus primeros años tuvieron que cambiar los malos hábitos de los antiguos bodegueros y, lo que fue aún más complejo si cabe, la mentalidad de socios y rectores de las cooperativas para que hicieran una apuesta por la calidad. Eran tiempos en que las bodegas apenas estaban equipadas tecnológicamente y se hacía una enología más defensiva que creativa.

    A pesar de ello pudieron mejorar el perfil de los vinos que se elaboraban hasta entonces y empezaron a exportar vinos a otras partes del mundo tanto a granel como embotellados. Fue a partir de los ochenta cuando pudieron mejorar tecnológicamente sus bodegas y con ello dar un cambio radical a los vinos elaborados hasta entonces. Fruto de ello llegaron pronto numerosos premios para sus vinos, obtenidos en concursos tanto nacionales como internacionales.

    Sirvan estas líneas como un pequeño reconocimiento a dos de los primeros profesionales de la enología castellano manchega, que dedicaron su vida profesional a poner las primeras piedras para que los vinos castellanos manchegos puedan estar hoy a la altura de cualquier vino a nivel mundial.

    Juan Nieto Martín

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