domingo, abril 28, 2024
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    Castilla y León y Castilla-La Mancha dan un golpe en la mesa del vino español

    Pablo Díaz-Pintado

    Algo está cambiando en el tradicional escenario vitivinícola español. En el año 2022, por primera vez en la historia, Castilla y León desbancó a La Rioja como líder de ventas en los segmentos de alimentación y hostelería, un ámbito en el que Castilla-La Mancha consiguió el tercer puesto, duplicando prácticamente los resultados de Cataluña, que se situó en cuarto lugar. Al mismo tiempo, la provincia de Ciudad Real, líder indiscutible en exportación de vino, ha superado a Barcelona también en términos de valor, a la conclusión del primer trimestre de 2023.

    La facturación global del sector bodeguero español supera los 8.000 millones de euros

    Las radiografías realizadas por la consultora NielsenIQ y el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) muestran que Castilla y León y CastillaLa Mancha ganan terreno en la lucha sin cuartel que se está librando por el liderazgo del vino español. Se trata de un auténtico aldabonazo que llama a la puerta del ‘edificio vitivinícola’ nacional.

    La facturación global del sector bodeguero español supera los 8.000 millones de euros, de los que alrededor de 3.000 millones corresponden a la exportación en 189 países de todo el mundo, según datos de la Federación Española del vino (FEV). En ese tablero de juego participan más de 4.000 bodegas, cerca de un centenar de denominaciones de origen y figuras de calidad y, por supuesto, 17 gobiernos autonómicos que compiten por incrementar su cuota de negocio que, en definitiva, se traduce en su cuota de poder, riqueza y prestigio.

    El valor simbólico del primer puesto En este contexto, cobran especial relevancia los datos elaborados por NielsenIQ, que muestran que Castilla y León fue la comunidad autónoma que más vino comercializó el pasado año en el mercado nacional dentro de los canales de alimentación y hostelería. Concretamente, la región castellanoleonesa alcanzó un 27,6% del total, por delante de La Rioja (27,5%), CastillaLa Mancha (13,1%), Cataluña (7,2%), Galicia (6,9%), Aragón (5,2%) y Navarra (4,4%). En cualquier caso, como reflejan los datos del estudio, la diferencia entre Castilla y León y La Rioja es casi inapreciable y, por tanto, el liderato castellanoleonés tiene un valor fundamentalmente simbólico porque derriba una muralla que, hasta hoy, parecía casi infranqueable.

    En cuanto al tercer puesto obtenido por Castilla-La Mancha, se revela sólido y estable, ya que si bien no le permite aspirar, de momento, a cotas más elevadas, sí le garantiza, en cambio, una ‘zona de confort’ muy alejada de sus más inmediatas perseguidoras. Distinta es la pugna entre el cuarto y el sexto lugar, donde Cataluña, Galicia y Aragón se mueven en porcentajes muy cercanos y, por ello, más susceptibles de variabilidad.

    Arando con métodos ancestrales en los viñedos de altura de la Sierra de Gredos

    Recuperación del mercado

    El pasado 23 de junio, el vicepresidente castellanoleonés, Juan García Gallardo, presidió, en la finca Zamadueñas del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), el acto de presentación del informe sobre el mercado de vinos con Denominación de Origen de Castilla y León durante el año 2022 elaborado por NielsenIQ.

    El documento destaca, entre otras muchas cuestiones, la “consolidación” de la recuperación del mercado (tras la crisis sanitaria y socioeconómica desatada a principios de 2020 por la propagación del virus chino a finales del año anterior), aunque a un ritmo “más lento del deseado”, y el hecho de que los vinos castellanoleonesas tuvieron el pasado ejercicio un “mejor” comportamiento que el conjunto de vinos de calidad de España y sus principales competidores.

    Castilla y León cuenta, en la actualidad, con un total de 16 denominaciones de origen protegidas (Arribes, Arlanza, Bierzo, Cebreros, Cigales, León, Ribera del Duero, Rueda, Sierra de Salamanca, Tierra del Vino de Zamora, Toro, Valles de Benavente y Valtiendas, más los tres vinos de pago, Abadía Retuerta, Dehesa Peñalba y Urueña), además de la Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Castilla y León.

    Ciudad Real supera a Barcelona

    Por otro lado, la publicación del informe de la empresa NielsenIQ ha tenido lugar poco después de que el Observatorio Español del Mercado del Vino diera a conocer que la provincia de Ciudad Real ha consolidado su liderazgo, en el primer trimestre de 2023, como primera exportadora de vino por delante de Barcelona, tanto en términos facturación como de volumen. A ello hay que añadir que, de acuerdo a la misma fuente, CastillaLa Mancha fue la región española que más aumentó su facturación, en el mismo período, al sumar 29,2 millones de euros (un 15,6% frente al 12,2% de la media nacional).

    Dos indicadores que reflejan la pujanza de la región castellanomanchega en esta carrera vitivinícola. Castilla La Mancha posee 21 denominaciones de origen vitivinícolas, de las que 12 corresponden a vinos de pago, el escalón más alto en la jerarquía vitivinícola, además de la Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Castilla y la marca de calidad diferenciada Cueva.

    Las nueve denominaciones de origen son las de Manchuela, Valdepeñas, La Mancha, Almansa, Uclés, Méntrida, Jumilla, Mondéjar y Ribera del Jucar (ésta última compartida con Murcia). A ellas se suman 12 pagos vitivinícolas con denominación de origen propia, una figura que la comunidad autónoma introdujo en su legislación, de manera pionera en España, hace más de dos décadas y que, desde entonces, ha ido ampliando el número de integrantes.

    Actualmente, este selecto club está integrado por Pago Florentino, Pago Los Cerrillos, Pago Dehesa del Carrizal, Pago Vallegarcía, Pago Casa del Blanco, Pago Calzadilla, Pago del Vicario, Pago Campo de La Guardia, Pago Dominio de Valdepusa, Pago de La Jaraba, Pago Finca Élez y Pago Guijoso. Además, también hay que considerar la relevancia creciente de la IGP Vinos de la Tierra de Castilla, una herramienta que ha ido ganando seguidores, reconocimiento e influencia con el paso de los años.

    Dentro de esta indicación, los vinos del Campo de Calatrava se identifican como una unidad geográfica menor. Y, finalmente, cabe destacar, igualmente, la marca de calidad diferenciada Cueva, un instrumento que identifica a los vinos espumosos elaborados por el método tradicional que se producen, mayoritariamente, en la localidad toledana de Villanueva de Alcardete.

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