Juan Fuente Rus. Portavoz sectorial de vino en Cooperativas Agroalimentarias de CLM y miembro de la Academia de Gastronomía de CLM
Se está generando un gran debate público, sobre todo en los sectores implicados en la producción, distribución y venta de vinos, en cuanto a la tendencia del consumo de los vinos blancos o tintos.
Es una realidad que los mercados empujan hacia el consumo mayoritario de los vinos blancos en detrimento de los tintos y a su vez esto implica a la producción. Muchos son los viticultores, en todo el mundo, que se plantean cambiar sus viñedos de variedad para adaptarse a las nuevas tendencias de este mercado sin valorar si esto es una tendencia estructural o por el contrario una moda pasajera que puede cambiar en pocos años.
La pandemia y las situaciones de geopolítica internacional nos están llevando a esta situación que no sabemos si es tendencia o moda. Todo indica que es una tendencia estructural debido a los cambios en los hábitos de vida, pero ¿esto seguirá siendo así? Esta es la pregunta y su respuesta aún no la tenemos.
Cada vino se adapta a un tipo de comida, a un ambiente, a una compañía o a una situación diferente de ocio
El vino es una bebida que tiene presencia en la gastronomía y también en los diferentes ámbitos del ocio de las culturas occidentales. La gastronomía es amplia al igual que los tipos de vino que existen en las diferentes zonas de producción a lo largo del mundo entero. Por lo tanto, creo que no es definitivo que los gustos cambien de forma radical. Cada vino se adapta a un tipo de comida, a un ambiente, a una compañía o a una situación diferente de ocio.
No puede ser que el aroma a frutos negros o rojos, los aromas a madera o cuero, el terciopelo de un tinto en la boca vaya a desaparecer. No puede ser. El vino tinto es fundamental en la cocina tradicional, es el complemento perfecto para los platos típicos, para los platos grasos, para los platos elaborados, para disfrutar de una buena película, para ver un partido de futbol, en definitiva, para la vida.
Modas pasajeras
Las modas son pasajeras, pero el mundo sigue y las cosas evolucionan de forma más pausada de la que a veces nos parece. La inmediatez es la forma de vida a la que nos empuja internet, pero también necesitaremos pausa para pensar, meditar y disfrutar de nuestro tiempo y para eso será necesario vino blanco y vino tinto.
En Castilla La Mancha se prepara una nueva cosecha con mucha incertidumbre con relación a la producción y los mercados sobre todo en lo que se refiere a la uva tinta y sus vinos. Los precios de las primeras tablillas están marcadas a la baja y los mercados, da la sensación, que no responden a la mejora de los precios aduciendo que no hay consumo, que las ventas de los vinos tintos bajan de forma alarmante.
Es una situación verdaderamente delicada que en pocos años se haya producido este cambio tan radical que se inició en Francia y que se está trasladando a todas las zonas productoras de tintos por mucha fama que tengan. Los intentos por mejorar la publicidad y el marketing de este tipo de vinos y sus denominaciones de origen, de momento, no están logrando mejorar los mercados y se está, incluso, llegando a situaciones límite como es la destrucción del vino.
Medidas de equilibrio
Nuestra región no es ajena a esta situación, las comarcas productoras de tintos también están preocupadas y plantean medidas de equilibrio para no perjudicar el futuro de sus viticultores. Las medidas de equilibrio pasan por apoyar a estos viticultores mientras se buscan soluciones de forma estructural a futuro. Promoción y en último término cambios de variedad parecen soluciones al alcance de la mano pero que no son inmediatas.
Muchas bodegas se están planteando aumentar la producción de vinos rosados y la elaboración de vino blanco con uva tinta, cosa que no es tan fácil debido a la complejidad técnica que conlleva pero que puede aliviar en cierta medida la presión sobre el mercado de los vinos tintos.
El mundo del vino está en plena reconversión y Castilla La Mancha está preparada para asumir nuevos retos, pero no olvidemos que siempre habrá que beber vino blanco y vino tinto.