La empresa GfK, dedicada a estudios de mercado, ha elaborado recientemente un informe para la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (ASICCAZA) en el que analiza los hábitos de consumo de este tipo de carne, al igual que hiciese en los años 2017 y 2020. Los resultados reflejan un aumento significado en la valoración que la población hace de la carne de caza como un producto sostenible, además de confirmar que su presencia en el canal de la restauración está cada vez más extendida.
Conclusiones de un estudio de la empresa GfK para ASICCAZA en el que se analizan los hábitos de consumo de este tipo de carne
Concretamente, la idea de que la carne de caza contribuye al desarrollo de las zonas rurales y a la conservación de la naturaleza ha ganado un peso considerable en los últimos años, lo cual quiere decir que se está logrando trasmitir ese mensaje de sostenibilidad, que es una de las mayores características de este producto. Poco a poco, el público va asociando la carne de caza con la sostenibilidad, un valor que está al alza en el mundo gastronómico, ya que cada vez es más valorado entre los consumidores.
La carne de caza es una carne sostenible porque proviene de animales criados en total libertad en la naturaleza, que a lo largo de su vida se han alimentado únicamente de lo que esta les ofrece. Además, el estricto marco normativo que regula la actividad cinegética asegura el equilibrio poblacional de estas especies en los cotos de caza. Todo ello genera una actividad productiva ligada al territorio y muy asentada en las zonas rurales, que encuentran en la carne de caza un importante motor económico y social para su desarrollo.
Consumo en restaurantes
El mismo informe refleja también que el consumo de carne de caza en restaurantes en España es cada vez mayor. De hecho, ya es claramente el canal más habitual de consumo de este tipo de carne, posiblemente gracias a la apuesta de ASICCAZA de dar a conocer las propiedades de este producto entre los profesionales de la hostelería y la restauración, una labor en la que la interprofesional lleva años trabajando con el fin de dinamizar el consumo de la carne silvestre
Otro dato interesante es que el 35,6% de la población española asegura haber comido carne de caza silvestre al menos una vez durante el último año, un porcentaje que demuestra la tendencia de crecimiento de consumidores de este tipo de carne. Hace tres años esa cifra era del 29,3% de la población, mientras que en 2017 ni siquiera llegaba al 25%, por lo que el incremento en seis años ha sido de más de 10 puntos.
Barreras franqueables
El informe hace un análisis de aquellas razones por las que parte de la población no consume carne de caza. De entre todos los motivos, se detecta que más de la mitad de ellos (55,1%) son “franqueables”, es decir, que esas barreras pueden dejarse atrás si se implementan acciones concretas. La dificultad para encontrar carne de caza continúa siendo el principal motivo para no consumirla, si bien vemos que esta tendencia está cambiando levemente, por lo que habría que tener en cuenta otros aspectos como el desconocimiento hacia el producto o la falta de costumbre a la hora de incluirlo en nuestra alimentación.
Entre los tipos de consumidores, destacan aquellos que han sido categorizados como ‘gourmets’, los cuales se caracterizan por preferir el consumo de alimentos de calidad sin importarles mucho otras variables como el precio. Este colectivo, que representa al 10,5% de la población, es un mayor consumidor de carne de caza, demostrando uno mejores niveles de conocimiento y confianza sobre el producto, algo que también sucede entre los que pertenecen al ámbito rural.
Producto sostenible
A modo de conclusiones, ASICCAZA destaca que los consumidores vayan asociando cada vez más la carne de caza como un producto sostenible y ligado al desarrollo del mundo rural, lo cual quiere decir que el trabajo hecho por la interprofesional para poner en valor la sostenibilidad de este producto está dando buenos resultados dentro del mercado gastronómico, donde no es fácil posicionarse.
A su vez, valora satisfactoriamente que la carne silvestre se esté consolidando entre el colectivo gourmet, ya que por sus propiedades nutricionales y organolépticas la carne de caza está llamada a ser un referente dentro de alta gastronomía. Unas tendencias positivas que progresivamente van dinamizando el consumo de la carne silvestre en el mercado nacional pero que todavía tiene mucho margen de mejora hasta que la carne de caza ocupe el lugar que se merece.