Juan Nieto Martín. Director Técnico Cooperativa El Progreso
Las nuevas tendencias en alimentación tienden hacía alimentos más saludables y respetuosos con el medio ambiente. El sector vitivinícola no se ha quedado atrás en estas tendencias y cada vez son más las bodegas que ya cuentan en su portfolio con vinos veganos y libres de alérgenos. Una de las confusiones que puede tener el consumidor es la diferencia de vino vegano y vino ecólogico. Empezaré por aclarar la diferencia entre vino vegano y vino ecológico.
En enólogo de la Cooperativa El Progreso, Juan Nieto, explica las diferencias entre vinos veganos y vinos ecológicos
Se entiende por vino vegano aquel en el que durante el proceso de elaboración se llevan a cabo acciones sostenibles con los animales y el medio ambiente. Son vinos en los que no deben haberse empleado ningún producto de origen animal durante todo el proceso de elaboración, estabilización y envasado del vino.
Vino ecológico
Un vino ecológico sería aquel que se elabora exclusivamente con uva procedente de viñedos de agricultura ecológica (los viñedos no se tratan con fungicidas sistémicos, plaguicidas ni herbicidas); pero durante su elaboración, estabilización y embotellado del vino sí está permitido el empleo de aditivos de origen animal. Éstos vinos tienen también restricciones en determinados aditivos como es el anhídrido sulfuroso.
Resumiendo, un vino ecológico no tiene porqué ser vegano y no todos los vinos veganos tienen porqué ser ecológicos. Aunque cada vez es más común ver vinos embotellados con las dos opciones.
El consumidor se preguntará porqué si el vino procede de una fruta no es vegano. Pues esto es debido a que para obtener un vino embotellado con el aspecto que los encontramos habitualmente (limpios, brillantes, sin desviaciones organolépticas y con ausencias de precipitados en la botella), los vinos se deben someter a unos procesos de estabilización previo a su embotellado.
Clarificación
Estos tratamientos incluyen la clarificación, que consiste en eliminar pequeñas partículas coloidales que están en suspensión en el vino. Generalmente se utilizan una serie de proteínas de origen animal (gelatina, albúmina de huevo, cola de pescado y caseína) y un mineral como es la bentonita. Estos clarificantes son eliminados después en la filtración del vino.
Para los vinos veganos esta proteína animal se está sustituyendo por proteínas de origen vegetal (principalmente proteína de guisante y de patata), con lo cual cada vez es más fácil el poder ofrecer al consumidor productos 100 % veganos, aunque éstos encarecen algo el producto final.
Los procesos posteriores a los que es sometido el vino para su limpieza (filtración y estabilización por frío), no conllevan ningún contacto con tratamientos de origen animal.
Actualmente para sacar un vino vegano al mercado es indispensable tener un certificado que lo emite la unión vegetariana europea, que va a garantizar que el vino no ha sido tratado durante todo su proceso con ninguna sustancia proveniente de origen animal. Este sello es una planta en forma de V sobre un fondo amarillo.
Entidades certificadoras
Hay otras entidades que también certifican productos veganos como la marca Vegan, que desde 1990 lo garantiza The Vegan Society (de origen británico) y que consiste en una declaración jurada de los productores de cada bodega y que garantiza que no se utilizan productos de origen animal. Otra entidad certificadora es Sir Vegan Certified By CCL, que está especializada en bebidas, dentro del mercado español. Estas certificaciones son de gran utilidad para poder acceder a nuevos mercados y llegar a nuevos consumidores.
El consumidor que desee éste tipo de vinos debe fijarse de que el etiquetado contenga uno de estos sellos que certifican que el vino es vegano.
En la Cooperativa El Progreso actualmente tenemos en el mercado nuestra marca Medianiles cuyos vinos poseen los certificados de ecológicos y veganos para el mismo tipo de vino.
