lunes, abril 29, 2024
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    Adolfo Hornos Prados, el enólogo que hizo realidad el sueño de Alfonso Cortina

    Director técnico y gerente de Pago de Vallegarcía

    La variedad francesa de uva blanca viognier se plantó por primera vez en Castilla-La Mancha y desde esta región se extendió al resto de España. Fue en el cambio de siglo y su llegada a las faldas de los Montes de Toledo, en el término municipal de Retuerta del Bullaque, se le debe a un visionario del mundo vitivinícola ya fallecido, Carlos Falcó, Marqués de Griñón, que aconsejó a su íntimo amigo, también fallecido, Alfonso Cortina, que plantara ese tipo de uvas en su finca Vallegarcía. Falcó no lo había plantado en Dominio de Valdepusa porque las condiciones climatológicas no eran tan idóneas como en la zona de los Montes de Toledo donde se ubica la finca que ahora regentan los hijos de Alfonso Cortina.

    La bodega, situada en las faldas de los Montes de Toledo, junto al Parque Nacional de Cabañeros, fue la que introdujo la uva viognier en España

    En aquella iniciativa también tuvo mucho que ver el actual director técnico y gerente de la bodega, Adolfo Hornos, que comenzó a trabajar con Alfonso Cortina en 2001elaborando un estudio de evaluación del potencial cualitativo y cuantitativo de los primeros viñedos de Vallegarcía plantados en 1999. En esa fecha también se plantaron de forma experimental cinco hectáreas de viognier, una vez que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha autorizó la comercialización de vino producido con esa variedad en la región, tras dar el visto bueno al estudio que había realizado Adolfo Hornos sobre la adaptación de la uva viognier a las condiciones de Castilla-La Mancha como variedad mejorante. A partir de ahí se fue extendiendo por toda España, pasando de una bodega, Pago de Vallegarcía, a las más de 50 que actualmente comercializan este tipo de vino, principalmente en Mallorca. El Vallegarcía Viognier sigue siendo la referencia de este tipo de vinos en España.

    Adolfo Hornos en el laboratorio de Pago de Vallegarcía

    Adolfo Hornos (Madrid, 1969) estudió Agrónomos en la Universidad Politécnica de Madrid y realizó posteriormente Máster de Enología y Viticultura y de Dirección de Empresas Alimentarias. Sin ninguna relación anterior con el mundo del vino, cuando terminó sus estudios, montó una empresa dedicada al diseño, plantación y manejo de viñedos en distintas zonas de España, contando con el asesoramiento de dos grandes de la viticultura mundial, José Ramón Lisarrague, que también le dio clases en la Politécnica y el experto australiano Richard Smart.

    Planificación del viñedo

    Llegó a Vallegarcía en 2000. Hasta 2005, año en el comenzó la construcción de la bodega su trabajó se centró en la planificación del viñedo. En total la finca cuenta con 50 hectáreas de cabernet-sauvignon, cabernet-frac, merlot, syrah, garnacha, cariñena y viognier. En 2005 participó activamente en el diseño, construcción y puesta en marcha de la bodega. “Queríamos -apunto Adolofo Hornos- una bodega técnicamente bien hecha y que fuera fácil trabajar con poca gente. Se consiguieron unas instalaciones modernas y operativas que pueden llegar a un pico máximo de 300.000 botellas anuales. En la actualidad de Pago de Vallegarcía salen 200.000 botellas al año, de las que la mayor parte de los tintos: Hipperia, Petit Hipperia, Vallegarcía Syrah y Vallegarcía Cariñena Garnacha se destinan al mercado internacional donde se vende el 70%. La proporción en el caso de su único blanco, el Vallegarcía Viognier, es la inversa, vendiendo la mayor parte en el mercado nacional y dejando un 30% para la exportación.

    Desde 2007 Adolfo Hornos es también director general de pago de Vallegarcía, año en el que se inició el proceso de internacionalización de los vinos de la bodega que en la actualidad llegan a más de veinte países.

    El ejecutivo madrileño tiene una visión global del sector del vino porque como el mismo indica “en mi día a día tomo decisiones técnicas en bodega y viñedo, en comercialización y en estrategia empresarial”. Dispone de un equipo pequeño pero eficaz, lo que le permite una gran actividad, desde atender distribuidores hasta visitar importadores en sus países y trabajar con ellos. En Pago Vallegarcía trabajan seis personas fijas llegando a las 50 en fechas de recolección, ya que toda la uva se recoge de forma manual.

    Enólogo bordelés

    Adolfo Hornos destaca el asesoramiento que presta en la elaboración de los vinos de Vallegarcía el enólogo bordelés Eric Boissenot, con el que mantiene una relación de amistad de muchos años. “Para mí -apunta- es un factor fundamental para definir de forma muy precisa el diseño de cada añada de vinos de Vallegarcía”.

    El director general de Vallegarcía destaca también la importancia que tienen tanto su bodega como la Dehesa del Carrizal, que se dan casi la mano, en la economía de esa zona de la comarca de Montes Norte de Ciudad Real, una zona despoblada y bastante deprimida, en la que ambas explotaciones vitivinícolas son fundamentales en el desarrollo económico.

    Actualmente, Pago de Vallegarcía está en el segundo año de la transición para alcanzar la declaración de producción ecológica de sus uvas. El próximo año lo conseguirán. Cuando esté certificado el viñedo se hará lo propio con la bodega. Adolfo Hornos apunta que en las labores del campo solo utilizan productos vegetales y naturales, nada de herbicidas ni de productos de síntesis.

    La cata de Adolfo Hornos: vinos armónicos, elegantes y atractivos

    PETIT HIPPERIA 2021

    Denominación: Vallegarcía DOP

    Variedades de uva: 38,93% merlot, 29,93% cabernet franc, 14,5% petit verdot, 10,74% syrah, 5,91% cabernet sauvignon. Grado alcohólico.: 15%. Crianza: 12 meses en barrica nueva de roble francés.

    Elaboración: maceración pre­fermentativa a temperatura controlada durante 72 horas a 10ºC. Fermentación y maceración maloláctica en barricas y tinos de roble francés.

    Nota de cata: brillante y atractivo color rojo rubí, es un vino muy largo, fresco y persistente; tiene aromas de fresa madura, cassis, hierba recién cortada y una estructura tánica notable

    VALLEGARCÍA SYRAH 2021

    Denominación: Vallegarcía DOP

    Variedades de uva: 100% syrah. Grado alcohólico.: 14,5%. Crianza: 12 meses en barrica nueva de roble francés.

    Elaboración: maceración pre­fermentativa a temperatura controlada durante 72 horas a 10ºC. Fermentación y maceración durante 21 días con frecuentes remontados con aireación.

    Nota de cata: aromáticamente muy rico, con notas muy marcadas de regaliz, guindas en licor y endrinas. En boca tiene una entrada potente, es amplio, con un ligero matiz mineral. Es un vino muy suave en boca, con mucho volumen. Un estilo muy similar a las últimas añadas de Vallegarcia Syrah.

    HIPPERIA 2020

    Denominación: Vallegarcía DOP

    Variedades de uva: 46% cabernet sauvignon, 35% cabernet franc, 18% merlot, 1% petit verdot. Grado alcohólico.: 15%. Crianza: 18 meses en barrica nueva de roble francés. Mínimo 12 meses en botella.

    Elaboración: maceración pre­fermentativa a temperatura controlada durante 72 horas a 0ºC. Fermentación y maceración durante 21 días con frecuentes remontados con aireación. Fermentación maloláctica en barricas y tinos de roble francés.

    Nota de cata: intensa fruta negra y aromas de romero y monte bajo. Presenta una entrada en boca suave que marca su potencia tánica al final. Gran persistencia aromática y retrogusto provocador. Vino de gran elegancia que aúna la fruta madura del merlot con un tanino poderoso y elegantísimo de la unión del cabernet sauvignon y el cabernet franc.

    VALLEGARCÍA VIOGNIER 2021

    Denominación: Vallegarcía DOP

    Variedades de uva: 100% viognier. Grado alcohólico.: 13,5%. Crianza: seis meses en barrica nueva de roble francés.

    Elaboración: maceración pre­fermentativa en frío a 8ºC. 80% fermentación controlada en depósito a 15ºC. 20% fermentación en barrica y crianza sobre lías durante 6 meses.

    Nota de cata: en nariz aparecen notas de piña y mango, es un vino muy fresco, tiene un toque cítrico de pomelo. En boca mantiene su paladar aterciopelado, vino graso, glicérico fiel al carácter de la variedad. Es un vino aún joven con potencial de maduración en botella, el conjunto es armónico fiel al estilo tradicional del Viognier de Vallegarcía.

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