miércoles, junio 25, 2025
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    “Alvinesa desempeña un papel clave tanto para el desarrollo de Daimiel como para el de la provincia”

    Entrevista a Jon Fernández Barrena, CEO de Alvinesa

    En julio de 2023 se incorporó como máximo ejecutivo de Alvinesa. Hasta ese momento, Jon Fernández Barrena (Irún, 1979) ha desarrollado una impresionante carrera como alto directivo que empezó en banca de inversión y consultoría, en Goldman Sachs y Mckinsey. De ahí fue al grupo Altadis, antigua Tabacalera, donde estuvo como director de Estrategia de 2013 a 2015, llevando sus operaciones en Asia. Después se fue al mundo de las salsas, concretamente a Kraft Heinz hasta que decidió volver al Grupo Altadis. Esta vez como consejero delegado en el año 2018. Allí estuvo los últimos seis años, hasta que le llamó la atención el proyecto de Alvinesa.

    Jon Fernández Barrena, CEO de Alvinesa

    Pregunta.- Me pude hacer un balance de su primer año al frente de Alvinesa.

    Respuesta.- Para mí ha sido un primer año de entendimiento del funcionamiento de las destilerías, porque, aunque trabajamos solo con dos materias primas: las lías y el orujo, los distintos productos que se venden van a mercados muy dispares. Por un lado, está el alcohol bioetanol que se utiliza como combustible y el alcohol de uso de boca, que mayoritariamente se utiliza en el Oporto y en el brandy. El ácido tartárico de uso enológico y también en algunas marcas de comida y en ciertos productos farmaceúticos. También el aceite de semilla de uva que se vende al consumidor ya refinado y, por último, estamos avanzando mucho en Salud y Nutrición, a través de la extracción de los polifenoles de la uva como antioxidantes añadidos a distintos productos. Por un lado, se añaden a algunos alimentos por su labor antioxidante, por otro se utilizan para fortalecer el color y también como conservantes, siguiendo la tendencia mundial de sustitución de conservantes sintéticos por conservantes naturales. Con todo esto lo que buscamos es el súper-reciclaje, intentando cubrir las tendencias de los distintos mercados. También me he estado familiarizando con los proveedores de La Mancha y del resto de la península. Y, por último, en este primer año hemos ejecutado la compra de las principales destilerías de Argentina y Chile.

    P.- Con la adquisición de estas dos empresas, ¿cuál es la posición de Alvinesa en el sector?

    R.- Ahora mismo tenemos cinco fábricas: la de Daimiel (la factoría actual data de 2014), que es la más importante, CADES en el Penedés (era la destilería de los grupos Codorniú y Freixenet y del resto de productores de Cataluña) y desde las adquisiciones en Latinoamérica tenemos una fábrica en Argentina y otras dos en Chile. Allí recolectamos el orujo y las lías y suministramos tanto en Argentina como en Chile el ácido tartárico.  En la actualidad Alvinesa cuenta con 350 empleados y con una facturación anual de 150 millones de euros. El pasado fue un ejercicio un poco más difícil que el anterior porque la cosecha fue inferior en España y el precio de la mayoría de los productos que comercializamos cayó. Este año no esperamos unos ingresos superiores porque dependen de la venta del producto terminado. Estoy quiere decir que, aunque seamos capaces de producir más los mercados internacionales a nivel de precio están tirando a la baja.

    Edificio central de la planta de Alvinesa en Daimiel

    P.- Detálleme la venta y facturación de sus productos.

    R.- 25% aceite, 10% salud y nutrición, 25% tartárico y el resto alcohol en sus dos variantes: uso de boca y bioetanol.

    P. ¿Cuánto aceite de semilla de uva venden en total?

    R.- El mercado más importante, porque acapara un 50%, es el de Estados Unidos. Del resto, un 30% lo vendemos en Asia y el 20% en Francia y Alemania. En la actualidad producimos unos 7.000-8.000 millones de litros año. Trabajamos con compañías que hacen el embotellado y lo comercializan.

    P.- ¿Cómo siendo un aceite de semilla de uva no se vende en España?

    R.- Porque aquí el rey de los aceites vegetales es el de oliva. El aceite de uva es mucho más suave que el aceite de oliva. Al ser organolépticamente más suave tiene más consumidores en Asia, donde no gustan los aceites tan fuertes y en Estados Unidos, donde caló muy bien desde el primer momento. Pero no deja de ser curioso que en un sitio con tanta capacidad de producción y tradición de viticultura como España nunca se haya consumido este tipo de aceite. El aceite de semilla de uva no es tan caro como el de oliva ni tan barato como el girasol.

    P.- ¿Qué futuro le augura al bioetanol como combustible para la automoción?

    R.- El futuro es muy bueno. Existen dos tipos de bioetanol para los coches. Uno de primera generación y otro de segunda generación. El primero corresponde a la fermentación de los cereales, por lo que, finalmente se está tirando comida, se están utilizando alimentos para la creación de un combustible. Este es el que predomina en España. Se puede decir que es renovable. En cuanto al de segunda generación hay que decir que en algunos países como Francia hay una obligación para que se consuma más, por eso se vende más allí. El bioetanol de segunda generación viene ya de un subproducto. No estás dejando de producir ni de comer nada por obtener este combustible. Casi todo lo que producimos lo vendemos a Francia. Un coche sin ningún tipo de ajuste podría funcionar con bioetanol hasta un 40%. El resto sería petróleo. Esto supone un ahorro impresionante. Solo con la uva no se podría llegar hasta ese 40% pero si, que se podría marcar una obligatoriedad como se ha hecho en Francia con los de segunda generación.

    P.- Hábleme de cómo contribuye su empresa a la economía circular

    R.- Nosotros lo llamamos el súper-reciclaje, porque al final de un producto obtenemos muchas otras cosas. No como en los vidrios, donde de una botella se saca otra botella, Del orujo y de las lías sacamos todos los productos a los que me he referido anteriormente.

    Alvinesa es uno de los principales motores para el empleo de la comarca

    P.- ¿Qué proyectos más importantes tienen en mente?

    R.- Tenemos bastantes y muy distintos. Tenemos un gran interés por seguir con la expansión internacional. Vamos a utilizar lo de Argentina y Chile como un primer banco de pruebas. El segundo foco sería seguir impulsando el crecimiento de la parte de Salud y Nutrición. Creemos que el polifenol de la uva todavía tiene mucho mercado por ganar, sobre todo en lo relativo a antioxidante y protección y conservación de alimentos, también de animales. De sustitución de conservantes sintéticos. Hay mucho trabajo comercial por hacer. Creo, además, que todo esto es también muy interesante para las bodegas y el vino en general: dar mayor valor al polifenol de la uva, como un elemento de salud y nutrición. Vamos a sacar un estudio a principios de 2025 sobre efectos cardiovasculares y sobre la tensión que creemos que va a tener éxito. El tercer proyecto que también nos interesa mucho está muy relacionado con la economía circular. Nos gustaría cerrar el círculo, esto ya lo tenemos en nuestra fábrica de Cataluña, con el último residuo que nos queda que es la vinaza, que es líquido último que sale del proceso. Queremos transformarlo en gas, en biogás. Para ello utilizaríamos el líquido sobrante de todo lo que hemos extraído anteriormente. Hasta ahora se utiliza como fertilizante. Ahora, con unos aparatos que se llaman biodigestores se puede extraer el biogás para poder inyectarlo a la red.

    P.- ¿Qué relación tiene Alvinesa con el medio que la rodea?

    R.- Al final, no dejamos de ser una pequeña multinacional basada en Daimiel. Es un gran orgullo que las operaciones de este grupo están centralizadas en esta factoría, tanto en administración y finanzas como en los equipos que van a llevar las fábricas de Argentina y Chile que están radicados aquí. Tenemos un rol no solo económico, sino también de formar talento en nuestro entorno. Sobre todo, en lo relacionado con el departamento de Salud y Nutrición, en el que hay científicos que trabajan aquí. En nuestro departamento de I+D+i trabajan unas quince personas. No paramos de invertir para seguir sacando más productos. Tampoco hay que olvidar otros empleos como los transportistas, que son los que traen las materias primas y se llevan el producto terminado, todos ellos muy ligados a la actividad de Alvinesa. Creo que desempeñamos un papel clave tanto para Daimiel como para el conjunto de la provincia.

    ¿Qué exigencias de calidad tienen los productos que elaboran?

    R.- Trabajar en Salud y Nutrición nos obligar a tener unos estándares de calidad muy altos. Tenemos que pasar todo tipo de controles de salud alimentaria si queremos tener las máximas calificaciones para poder vender en Estados Unidos y en otros países. A media que conquistamos mercados más sofisticados crecen nuestros compromisos con las certificaciones de calidad. Nuestro nivel de certificaciones es casi único en esta zona.

    P.- ¿Qué relación mantienen con el fundador de la empresa, Jesús Cantarero?

    R.- Oficialmente, Jesús Cantarero sigue siendo presidente de Alvinesa. Ya no forma parte de la gestión del día a día. Asiste a los Consejos de Administración y sigue comprometido con el Fondo Inversor propietario de la empresa para que se haga la transición de una forma efectiva.

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