miércoles, junio 25, 2025
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    Diego Morcillo Fortea, el alfarero del vino

    A punto de cumplir los cincuenta años, ha visto recompensada su dilatada trayectoria en el mundo del vino con el reconocimiento como mejor enólogo europeo del año 2024 por la CEUCO (Consejo Europeo de Cofradías Enogastronómicas) en su gala anual celebrada en Atenas.

    Actualmente es el director técnico de la bodega valenciana Vicente Gandía Pla y enólogo y socio propietario de la bodega La Niña de Cuenca

    Diego Morcillo Fortea (Valencia, 1975) se trasladó a la corta edad de ocho años al pueblo albaceteño de Casas Ibáñez. “Tengo una parte de valenciano, pero por mentalidad soy manchego”, señala el enólogo que actualmente ocupa la dirección técnica de Fincas y Bodegas Vicente Gandía Pla, la bodega más importante de la Comunidad Valenciana y es propietario junto a los hermanos Lorenzo y Valentín López de la bodega La Niña de Cuenca, en el pueblo conquense de Ledaña.

    Diego Morcillo ha sido reconocido como mejor enólogo europeo de 2024 por el Consejo Europeo de Cofradías Enogastronómicas

    Hasta llegar al dulce momento actual, Diego Morcillo ha tenido que sortear un buen número de dificultades y recorrer un largo camino por todo tipo de empresas vitivinícolas, desde los grandes monstruos del granel a bodegas más pequeñas en las que podía hacer vinos de autor. Siendo natural de Requena y habiéndose criado en La Manchuela entre uvas, remolques y olor a mosto y siendo, además, su hermano mayor enólogo, no es de extrañar que Diego Morcillo terminara inmerso en el mundo del vino.

    Tras obtener el título de Técnico Especialista En Viticultura y Enología en la Escuela de Requena y hacer los másteres de Viticultura, Enología y Marketing del Vino en la misma ciudad y el de Gestión de Empresas Agroalimentarias en la Universidad Antonio Nebrija de Madrid, Diego hizo sus dos primeras vendimias en los años 1999 y 2000 en la DO Utiel-Requena, en Bodegas Casa del Ángel. De allí dio el salto a su primer trabajo como enólogo asistente en Bodegas Campillo de Rioja Alavesa e inmediatamente después fue nombrado director técnico de Bodegas Leganza, la bodega castellano manchega, también perteneciente al grupo Faustino de La Rioja, donde ya comenzó a trabajar con grandes volúmenes. En la bodega de Quintanar de la Orden, Diego, como él dice refiriéndose a su inicio en este tipo vinificaciones “rompió muñeca”, elaborando por aquel entonces unos siete millones de kilos de uva de gran calidad.

    Su siguiente trabajo también fue en una bodega de grandes producciones. En Bodegas Altizia de Socuéllamos, ya desaparecida. Allí Diego conoció “la Mancha pura y dura”. Durante algo más de tres años elaboró 60 millones de kilos por campaña de diversos varietales destinado en su inmensa mayoría al mercado del granel. “En esta bodega un año de trabajo era como cinco años en bodegas pequeñas”, afirma Diego Morcillo, que explica que Altizia se especializó en la elaboración de graneles de calidad buscando clientes que pagaran un mayor valor añadido “algo que fue pionero en La Mancha y que posteriormente otras bodegas y cooperativas han seguido haciendo con éxito en muchos casos”.

    Diego Morcillo en la nave de tinajas de barro de la bodega La Niña de Cuenca

    Corría el año 2011 cuando Diego decidió marcharse a la bodega Coviñas de Requena al tiempo que cambió su domicilio para instalarse con la familia en Ledaña, cerca de su centro de trabajo. En la bodega requenense ejerció de director técnico hasta 2019, año en el que ficho por Finca Los Aljibes, una de las bodegas que comercializa algunos de los grandes vinos de Castilla-La Mancha.

    En esos años, concretamente en 2016, y ya en Ledaña, Diego Morcillo estableció contacto con dos viticultores muy inquietos, los hermanos Lorenzo y Valentín López, que querían sacar de sus uvas mucho más de lo que estaban consiguiendo hasta entonces. De allí surgió una bodega de éxito, pionera en la elaboración de grandes vinos utilizando exclusivamente tinajas de barro en su elaboración y crianza. El primer año de funcionamiento vendieron 4.000 botellas. Actualmente superan las 24.000 unidades.

    Al tiempo que ponía en marcha su propio negocio y participaba activamente en su consolidación y despegue, Diego Morcillo siguió trabajando en otras bodegas. De 2021 a 2023 en Bodegas Torre Oria, elaboradora de vinos y cavas de Requena y, finalmente, desde 2023 hasta ahora ejerce la dirección técnica de Bodegas Vicente Gandía Pla, la más grande de la Comunidad Valenciana.

    No ha dejado de crecer

    Diego Morcillo se siente muy orgulloso por lo conseguido durante su carrera y, especialmente, por la marcha de su bodega de Ledaña. Afirma que siendo una bodega que destina su producción casi exclusivamente a la hostelería no ha dejado de crecer desde su puesta en marcha. Este año han iniciado la aventura de introducirse en dos mercados muy difíciles: Rusia y Japón.

    La variedad predominante es la bobal, autóctona de la zona con la que elaboran sus dos vinos iniciales, “Ildania” y “Rubatos” y su reconocido rosado “Velvet & Stone”. También tienen un vino tinto de garnacha 100%, el LNDC y un syrah “La fille”. Con la variedad albilla de Manchuela elaboran sus blancos “Orovelo” e “Inicial”. Lo último que han sacado al mercado es el vino “Inicial Velo de Flor 2021, al que Diego Morcillo califica de joya enológica por la calidad de su materia prima, la exclusiva variedad de uva y su peculiar proceso de elaboración

    La magia del barro

    NOTAS DE CATA

    ILDANIA 2018

    90% bobal y 10% de otras variedades minoritarias. DO Manchuela. 3.500 botellas

    Presenta una rica tonalidad rojo granate con destellos teja, indicando su evolución y complejidad con el tiempo. Su aspecto, maduro y elegante, invita a explorar las capas y matices que ha adquirido durante sus meses de envejecimiento y afinado en botella. En nariz, se despliega una complejidad aromática profunda y seductora. Las frutas rojas maduras, como las cerezas y regaliz, han evolucionado hacia tonos más compotados, mientras que notas de cuero, tabaco y cacao dan testimonio de su larga crianza en ánfora. Se perciben matices balsámicos y un toque sutil de vainilla. En boca revela una armonía impresionante entre su suavidad y su complejidad. Las frutas maduras persisten, ahora acompañadas por notas de monte bajo, romero, tomillo, miel y un carácter terciario que aporta profundidad. La crianza prolongada ha suavizado aún más los taninos, proporcionando una textura sedosa y una estructura perfectamente integrada.

    RUBATOS 2019

    100% bobal. DO Manchuela. 6.500 botellas

    Presenta un atractivo color cereza profundo con destellos violetas, revelando su todavía juventud y vitalidad. Su aspecto limpio y brillante sugiere una cuidada elaboración y envejecimiento. En nariz, se despliega una complejidad aromática notable. Las primeras impresiones revelan una intensidad frutal destacada, con notas de moras y cerezas maduras. A medida que el vino respira, surgen matices de vainilla y especias suaves, producto de su crianza en tinaja de barro, aportando una dimensión única al perfil aromático. En boca, muestra una entrada suave y equilibrada, revelando sabores frutales concentrados. Las moras y cerezas siguen siendo protagonistas, respaldadas por un toque sutil de regaliz. La crianza en tinaja de barro proporciona una textura sedosa y taninos redondeados, contribuyendo a un paladar estructurado y agradable.

    VELVET & STONE ROSADO 2023

    Bobal 100%. DO Manchuela. 2.352 botellas

    Exhibe un matiz rosa pálido con reflejos naranja cobrizos, debido al mosto por obtenido por el prensado sin maceración con las pieles. Su aspecto limpio y brillante sugiere una elaboración cuidadosa y terminada con una filtración por decantación por frio. En nariz, se aprecian notas aromáticas intensas de frutas rojas frescas, como fresas y frambuesas, acompañadas de sutiles matices florales que recuerdan a la rosa y la flor de azahar. La crianza en tinaja de barro aporta una dimensión mineral, con notas de levaduras que añaden complejidad al perfil aromático. En boca, revela una entrada suave y sedosa, con una estructura bien definida y una acidez propia de la uva Bobal, que realza la frescura y la vivacidad. Los sabores de frutas rojas persisten en el paladar, complementados por toques herbáceos y florales. La crianza en tinaja de barro contribuye a una textura aterciopelada y aporta una nota mineral que añade profundidad y complejidad al conjunto.

    OROVELO 2022

    100% albilla de Manchuela. DO Manchuela. 3.200 botellas

    En copa, se presenta con un atractivo color amarillo pálido, con destellos dorados que revelan su juventud y frescura. La nariz es cautivada por un aroma a flores blancas, predominantemente de flor de albaricoquero y acacia. Las notas aromáticas se entrelazan con elegantes toques de melocotón maduro y un sutil rastro de miel, proporcionando una experiencia olfativa compleja y seductora. En boca el primer sorbo revela una armonía entre frescura y untuosidad. Destacan sabores de albaricoque jugoso y pera madura, complementados por una vibrante acidez cítrica que aviva al paladar. La textura sedosa evoluciona hacia un final persistente, donde se despliegan notas delicadas de flor de saúco y un toque mineral que añade profundidad al conjunto.

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