jueves, octubre 3, 2024
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    Vino en lata, ¿y por qué no?

    Juan Nieto Martín

    Director Técnico Cooperativa El Progreso de Villarrubia de los Ojos

    A menudo en el sector del vino pecamos de “puristas” y nos cuesta salirnos de ciertos cánones que tenemos preconcebidos de otras épocas más inmovilistas. Estos prejuicios no se encuentran en otros sectores agroalimentarios, en los que la innovación en los envases es más habitual. Es obvio que para vinos que necesitan un periodo largo de afinamiento antes de salir al mercado: crianzas, reservas, etc., la lata no es un envase apto. Pero para otro tipo de vinos puede resultar un envase atractivo y no debemos desaprovechar esta oportunidad para atraer a nuevos consumidores.

    Creciente demanda

    La creciente demanda de los vinos en lata en lugares como Estados Unidos, Japón, Escandinavia y otros ha provocado que en otras zonas productoras como Argentina, Chile e incluso California empiecen a posicionarse con este tipo de envase. En España ya se están empezando a realizar los primeros envasados tanto en vinos como en sangrías, pero todavía no es muy habitual encontrarlo en tiendas.

    En España ya se están empezando a realizar los primeros envasados tanto en vinos como en sangrías, pero aun no es habitual encontrarlos en tiendas

    Los vinos que actualmente se demandan suelen ser vinos jóvenes, afrutados, de baja graduación alcohólica y en algunos casos con unos gramos de azúcar y CO2 añadido. En definitiva, son vinos fáciles de beber y que resultan atractivos al consumidor más joven.

    Desde el punto de vista ecológico las latas dejan una huella medioambiental más baja que el vidrio, es reciclable 100%, fácil de transportar y menos frágil que el vidrio. El aluminio es un material que se enfría muy rápidamente, por lo que puede resultar ideal para determinados eventos musicales, deportivos, viajes en avión y comidas más informales. También puede servir para dar un respiro a las vidrieras, que últimamente se están viendo desbordadas (pero éste es otro tema).

    Tomar precauciones

    A la hora de preparar el envasado hay que tomar varias precauciones, como el realizar un test de compatibilidad del vino a envasar y la lata que vamos a usar. Se trata de un test acelerado (se requieren 5 semanas) en el que se simula la pervivencia del producto en el interior de la lata durante 12 meses y se determina si es compatible para su envasado.

    Es decir que en ése tiempo no se haya producido ninguna migración de la lata hacía el vino que pudiera provocar una alteración de éste. Este test lo suele realizar la empresa proveedora de latas.

    Ningún problema

    Según nuestra experiencia de estos años en los envasados realizados en la Cooperativa El Progreso no hemos tenido ningún problema organoléptico (reducciones) ni de ningún tipo de cesión de metales. Los vinos, transcurrido un año, mantienen sus características organolépticas similares a los vinos embotellados en vidrio.

    En definitiva, pienso que con este tipo de envase debemos aprovechar la demanda que va teniendo y que, aunque todavía moderada, va en claro aumento. Con ello podremos atraer tanto a consumidores jóvenes como a consumidores ya consolidados con ánimo de probar otros productos.

    Tarea de todos

    Otra cuestión que debemos plantearnos y que es tarea de todos (gerentes, técnicos y comerciales) es no desprestigiar este envase metiendo vinos de baja calidad (como ha ocurrido con otro tipo de envases), hecho que puede causar un efecto contrario al beneficio que podemos obtener con esta nueva gama de productos.

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